Mindfulness y compasión

Las prácticas contemplativas han sido utilizadas desde hace miles de años por mucha tradiciones espirituales y religiosas. Consisten en una forma de entrenar la mente para generar una transformación psicológica que conduzca a un estado de bienestar duradero. Y aunque hay una gama de prácticas contemplativas, el mindfulness tiene mucho que aportarnos para entender cómo podemos llegar a ese estado de bienestar psicológico permanente en nuestras vidas. ¿Y la Compasión? En los últimos años vemos que Mindfulness y Compasión hacen una dupla necesaria para sanar emocional y físicamente, y cultivar una vida plena.

Qué es mindfulness?

Me gusta mucho retomar las palabras poéticas del gran monje vietnamita Thich Nhat Hanh, «Mindfulness es el milagro que puede hacer que, en un instante, recolectemos nuestra mente dispersa y recuperemos su unidad de tal modo que podamos vivir plenamente cada minuto de nuestra vida».

La verdad del mindfulness como práctica es que es un recordar a la mente el estar «aquí y ahora» habitando la energía del momento presente, en donde solo ahí podemos ser plenos. Pero la actitud que cultivemos en ese momento también es un elemento esencial del mindfulness. Jon Kabat-Zinn, el creador del reconocido programa MBSR (Mindfulness based Stress reduction) plantea el mindfulness como la atención al momento presente, con consciencia, sin juicio, sin reactividad, con aceptación y con tanta apertura de corazón como sea posible.

Fortalecer el mindfulness es algo que se logra por medio de la práctica de la meditación. Práctica antigua del budismo que consiste básicamente (independiente de los diferentes tipos de meditación que encuentres) en cerrar los ojos, quedarse en quietud y respirar con consciencia. Meditar involucra dos procesos conscientes de entrenamiento de la atención:

  1. Enfocar nuestra atención en un objeto
  2. Reconocer cuándo nuestra atención se ha distraído

Qué es la Compasión?

Compasión no es compadecerse. Tampoco tenerle lástima y pesar a otros. Compasión es la ciencia y el arte de ser amables con nosotros mismos y los demás. Desde su definición científica la Compasión es un fenómeno humano que tiene 4 elementos que pueden categorizarse en: cognitivo, afectivo, intencional y motivacional.

Primero, puede decirse que hay una percepción o consciencia de la presencia de un sufrimiento (en mí o en otros), y se despierta una empatía cognitiva ante este reconocimiento. Segundo, se activa un resonar emocional con la situación, ocurre una empatía emocional (conmigo o con otros). Tercero, se despierta una intención, deseo genuino o aspiración de que el sufrimiento sea aliviado. Cuarto, ocurre la compasión o disposición a actuar, en donde nos preparamos para hacer algo al respecto para aliviar o reducir el sufrimiento (mío o de otros).

¿Qué efectos tiene la práctica de la Compasión?

Para explicar estos efectos haré una típica división mente-cuerpo, pero solo por fines educativos, puesto que sabemos que mente y cuerpo operan en unidad. que se retroalimenta.

En el cuerpo: Aumenta la aceptación del dolor, la respuesta inmunológica y el sistema nervioso Parasimpático (de la relajación y la calma). Disminuye por tanto riesgos de enfermedades del corazón, afectaciones inmunológicas, hormonas del estrés.

En la mente: Aumenta la felicidad, la rumiación en temas placenteros, el bienestar subjetivo, el afecto positivo. Disminuye la depresión, el estrés, la preocupación, ansiedad, rabia, rumiación en temas negativos, y rasgos vengativos o de resentimiento.

En la relación consigo mismo: Aumenta la autocompasión, el autocuidado, la autoaceptación, la autoestima y la resiliencia. Disminuye el auto-foco, y el auto-juicio o autocrítica.

En la relación con otros: Aumenta el deseo de ayuda, de recibir compasión de otros, fortalece la conexión, el cuidado, la precisión empática y el comportamiento prosocial. Disminuye el Burnout, el juicio, el estrés empático, y la fatiga compasiva.

Fuente: Natalie T. Y. Leung, Mandy M. Lo, Tatia M. C. Lee, «Potential Therapeutic Effects of Meditation for Treating Affective Dysregulation», Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2014, Article ID 402718, 7 pages, 2014. https://doi.org/10.1155/2014/402718

Es la Compasión una práctica contemplativa de Mindfulness?

El gran éxito de la introducción de estas prácticas ancestrales en Occidente dio lugar a una ola de estudios desde campos de medicina, neurociencias y psicología, que se dio a conocer como la «ciencia contemplativa». El interés y los esfuerzos estuvieron enfocados en probar los efectos para la salud de las prácticas contemplativas como la meditación. Y después de varios años en general, la evidencia de cientos de estudios mostró que las intervenciones basadas en Mindfulness (IBM) promovían el bienestar y la salud tanto en la población general como en un amplio rango de poblaciones clínicas.

Por su parte, la «segunda generación» de IBM, surgida en los últimos años, recoge un grupo de programas de intervención caracterizados por entrenar la compasión de forma explícita. Entre ellos se encuentran el MSC -del inglés Mindful Self-Compassion-, el CFT -del inglés Compassion Focused Therapy- y el ABCT -(del inglés Attachment-based Compassion Therapy-. Aunque, todavía en sus inicios, la investigación sobre la eficacia de esta «segunda ola de Intervenciones basadas en Mindfulness (IBM) está arrojando resultados prometedores. En los últimos estudios de neuroimagen se ha identificado cambios a nivel cerebral -tanto funcionales como estructurales- asociados a la práctica de mindfulness y compasión.

Así que la Compasión es un fenómeno emocional y cognitivo que como vimos tiene todos los beneficios antes descritos, y que por supuesto para desarrollar o cultivar la habilidad de vivir en la experiencia de este fenómeno compasivo, la meditación y las prácticas que desarrollan el mindfulness en nuestra vida son esenciales.

Sin embargo, cuando realizamos meditaciones de cultivo de la compasión, como las que aprendí en mi experiencia en el entrenamiento del Cultivo de la Compasión, del Compassion Institute de Stanford, lo que hacemos en profundizar en meditaciones que por medio de la conexión con la respiración y también por medio de visualizaciones, nos ayudan a fomentar, sentir y experienciar las bondades de la compasión.

También creo que desde el trabajo del Shinrin-Yoku (o Baños de Bosque) o las terapias de naturaleza podemos introducir prácticas que también nos ayudan a ver la interrelación de todos los seres y así expandir nuestra consciencia compasiva.

Así que trabajar con el mindfulness en tu vida, y con la compasión te ayudará a potenciar un estado de bienestar integral, cesar tu sufrimiento, apreciar la vida desde un ángulo más amplio. Sanarte.

Por Emma Sánchez

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