CÓMO LA HORTICULTURA MEJORA TU SALUD MENTAL Y FÍSICA

¿Alguna vez has visto cómo crecen semillas que hayas plantado? ¿Has podido comer frutos o verduras de plantas que sembraste? ¿Has pasado algunas horas tocando la tierra con las manos y oliendo lechugas o espinacas? Si no has introducido esto a tus sensaciones o prácticas de vida, tal vez te estés perdiendo la posibilidad de conectarte con grandes beneficios físicos y psicológicos.

La ciencia demuestra que la interacción con las plantas, tanto en interiores como en exteriores, es beneficiosa para la salud física y mental. Cualquier persona de cualquier edad y nivel de habilidad puede disfrutar de los beneficios de la horticultura y rodearse de naturaleza. Esta interacción te ofrece la posibilidad de conectar con lo que parece simple de la vida y a todos nos cuesta recordar; esa fuerza, ese crecimiento, esa abundancia de lo que retoña, de lo que brota.

 Antes de la era de la psicofarmacología y el uso generalizado de la psicoterapia, los médicos recurrieron a la tierra y a la naturaleza como una forma de llevar paz y serenidad a quienes sufren. Los registros históricos apoyan su eficacia. El uso de la horticultura como agente de paz y recuperación terapéutica se remonta al año 2000 a. C. en Mesopotamia (Sempik y Aldridge, 2006). Otros autores destacan que el origen de la terapia hortofrutícola para las personas que padecen enfermedades mentales, tiene sus raíces en los relatos de Benjamin Rush, a quien también se le acredita como el padre de la psiquiatría. Rush observó y documentó mejoras en las personas que vivían en asilos psiquiátricos que trabajaban en jardines y cultivaban su propia comida a principios del siglo XIX.

Estudios de meta-análisis que recogen los datos de la gran mayoría de estudios sobre el tema, nos muestran que se ha reportado una amplia gama de resultados de salud, como reducciones en la depresión, la ansiedad y el índice de masa corporal, así como aumentos en la satisfacción con la vida, la calidad de vida y el sentido de comunidad.

La Terapia Hortícola fue definida como el arte y ciencia del cultivo de flores, hortalizas, arbustos, árboles y árboles frutales para lograr la mejora en el estado mental y emocional de una persona. Ésta se conoce como la colección de varios procesos de actividad ecoterapéutica que se utilizan para mejorar la salud física, mental y espiritual de los pacientes. Se considera un tratamiento efectivo y beneficioso para personas de todas las edades, orígenes y habilidades.

Otros autores como Soderback, revisó la literatura de terapia hortícola y describió sus usos en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral. Mostró que ésta puede ser eficaz para los trastornos emocionales, cognitivos y / o deficiencias funcionales motoras sensoriales, y puede aumentar la participación social, la salud, el bienestar y la satisfacción con la vida. Jones y Haight revisaron artículos sobre el uso de ambientes naturales y plantas en intervenciones terapéuticas. En las últimas décadas, varias investigaciones se han realizado sobre Terapia Hortícola y algunos de ellos han demostrado el efecto terapéutico de la horticultura en el estrés. Además, algunos estudios han revelado que los espacios naturales tienen un efecto positivo en funciones intuitivas. Por ejemplo, Strife y Downey han demostrado que los niños que tenían un jardín en su patio o la escuela, mostraron una mejor memoria, atención y concentración que aquellos que no tenían una. 

Recientemente, la Terapia Hortícola se ha utilizado en pacientes con Alzheimer como herramienta de rehabilitación. Detweiler y sus colaboradores impusieron esta terapia para rehabilitar a los pacientes de Alzheimer y en sus resultados demostraron que ésta aumentó las capacidades cognitivas, especialmente memoria, en dichos pacientes. Efectos de mejora en la depresión de adultos mayores también se ha registrado. 

En un estudio de la Universidad de Ciencias del Bienestar Social y la Rehabilitación en Irán, se encontró que después de diez sesiones de terapia hortícola, las puntuaciones de los pacientes en función de la organización conceptual, memoria, depresión, ansiedad y estrés mejoraron significativamente.

Beneficios físicos de la terapia hortícola

1. Promueve el ejercicio

La mayoría de los adultos e incluso actualmente muchos niños, no hacen suficiente ejercicio. La falta de ejercicio puede provocar una variedad de problemas de salud, desde enfermedades cardíacas hasta depresión. Las Pautas de actividad física para los estadounidenses recomiendan que los niños y adolescentes realicen 60 minutos o más de ejercicio de moderado a vigoroso todos los días. Los adultos deben tratar de hacer al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana. Al hacer el ejercicio adecuado, los adultos y los niños reducen el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, ansiedad y depresión. Trabajar con plantas ayuda a las personas a realizar la actividad física que necesitan para mantenerse en forma o mejorar su condición actual.

La jardinería y la hortícultura es una forma fácil y divertida de incorporar el ejercicio a tu rutina diaria o la de tu hijo. Los niños suelen disfrutar trabajar con la tierra y aprender sobre las plantas. Es posible que un niño ni siquiera se dé cuenta de que está haciendo ejercicio mientras excava, mueve tierra o riega las plantas al sol y al aire libre. La horticultura también ayuda a los niños a desarrollar las habilidades motoras y la fuerza en general, e incluso puede combatir la obesidad infantil. Por ejemplo, según la Facultad de Medicina de Harvard, solo media hora de actividades generales de jardinería quema 135 calorías para una persona de 125 libras.

2. Fomenta la alimentación saludable

Puede resultar difícil obtener la cantidad recomendada de frutas y verduras todos los días, especialmente para aquellos que no prefieren el sabor de estos alimentos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la mayoría de los estadounidenses no comen suficientes frutas y verduras. Por ejemplo, solo uno de cada 10 adultos come la cantidad recomendada de frutas o verduras todos los días (estudios americanos). La jardinería anima a las personas a agregar alimentos saludables a sus dietas y liberarse de los malos hábitos alimenticios. Los niños y los adultos se sentirán mejor cuando disfruten de alimentos nutritivos todos los días.

Los niños y los padres pueden elegir los alimentos que desean cultivar y no tienen que preocuparse por los pesticidas. La comida de cosecha propia sabe mejor y es más atractiva debido al tiempo y esfuerzo que requiere para crecer y cosechar. Los niños pueden cultivar fácilmente deliciosos tomates cherry, calabacines, rábanos y sabrosas hierbas, solo por nombrar algunos. Es probable que un niño se sienta emocionado de comer lo que cultivó. Según una investigación de la Universidad de Saint Louis, cuando las familias cultivan alimentos, crean un entorno alimentario positivo. Los niños a los que se les sirve comida de cosecha propia tienen más del doble de probabilidades de comer cinco porciones de verduras y frutas al día que aquellos que no comen productos de cosecha propia o que rara vez comen. Los niños que comen alimentos de cosecha propia también prefieren el sabor de las frutas y verduras a otros alimentos. La jardinería y el cultivo de productos agrícolas son una forma sencilla de alentar a los niños y adultos a obtener los nutrientes que necesitan para su salud física y mental.

3. Disminuye el riesgo de enfermedad

Las plantas tienen efectos en tu sistema inmune, como bien lo han probado estudios de medicina forestal. Clemens Arvay en su libro El efecto Biofilia, nos muestra un sinnúmero de investigaciones sobre cómo también las plantas herbáceas sintetizan moléculas volátiles de Terpenos, compuestos orgánicos que liberan las plantas para protegerse y que así mismo ayuda a que nuestro sistema inmune mejore. Pasar tiempo en la naturaleza mejora tu salud en todos los niveles.

Beneficio psicológicos de la horticultura

1. Mejora el estado de ánimo

Los seres humanos generalmente se sienten más felices y optimistas en entornos con muchas plantas y naturaleza. Considere una encuesta realizada en cuatro hospitales del Área de la Bahía de San Francisco. En la encuesta, el 79 por ciento de los pacientes dijo que se sentía más relajado y tranquilo, el 19 por ciento se sintió más positivo y el 25 por ciento se sintió renovado y más fuerte después de pasar tiempo en un jardín.

Las flores también evocan emociones positivas. Por ejemplo, en un estudio de 2005, las mujeres que recibieron flores informaron estados de ánimo más positivos tres días después. Los pacientes ancianos que recibieron flores también informaron un estado de ánimo más brillante y una mejor memoria episódica.

Si bien es posible que solo necesite colocar una planta en el alféizar de la ventana en casa para ayudar a crear un ambiente más relajante, puede aumentar los sentimientos de felicidad aún más a través de la jardinería. La jardinería nos recuerda nuestra conexión con la naturaleza y nos ayuda a enfocarnos en el panorama general, lo que puede aliviar los síntomas de la depresión. Además, el aspecto físico de la jardinería libera sustancias químicas que hacen sentir bien en el cerebro, como la serotonina y la dopamina. Finalmente, trabajar con tierra nos hace más felices. Un estudio de 2007 encontró que una bacteria en el suelo llamada Mycobacterium vaccae desencadena la liberación de serotonina, que mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad.

2. Alivia el estrés y la ansiedad

Mirar plantas y flores, ya sea en interiores o al aire libre, es una actividad pacífica libre de preocupaciones o conflictos. Fomenta vivir en el momento presente y estimula los sentidos. Cuando te tomas el tiempo para oler el dulce perfume de un árbol de magnolia, por ejemplo, tus niveles de cortisol bajan.

Un estudio publicado en el «Journal of Physiological Anthropology» hizo que un grupo de participantes trabajara en tareas informáticas, mientras que otro grupo trasplantó plantas de interior. Después de completar sus asignaciones, los grupos cambiaron. Los investigadores encontraron que los sujetos se sentían más cómodos y relajados después de la tarea de trasplante, en lugar de la tarea de la computadora. Se puede reducir el estrés psicológico al interactuar con las plantas.

Otro estudio, publicado en el «Journal of Health Psychology», comparó los efectos de la jardinería al aire libre con la lectura en interiores. El estudio revela que tanto la jardinería como la lectura disminuyen los niveles de cortisol. Sin embargo, los niveles de estrés disminuyen significativamente más con la jardinería. Asimismo, los participantes del estudio disfrutaron de un estado de ánimo positivo completamente restaurado después de la jardinería.

3. Prolonga la capacidad de atención

La jardinería y estar cerca de las plantas fortalece la capacidad de atención, lo que puede ayudar a la concentración y el aprendizaje. Por ejemplo, un estudio publicado en el «American Journal of Public Health» examina el impacto de los entornos verdes o naturales en los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Los investigadores encontraron que las actividades realizadas en entornos verdes reducen significativamente los síntomas del TDAH en comparación con otros entornos. Muchos niños pueden beneficiarse de pasar tiempo en la naturaleza. Según CDC, se estima que 6,1 millones de niños en los EE. UU. Han recibido un diagnóstico de TDAH.

La jardinería también ayuda a los niños a lograr logros académicos. Un estudio publicado por la Sociedad Estadounidense de Ciencias Hortícolas demuestra el impacto de las actividades de jardinería como parte de un plan de estudios de ciencias. Los estudiantes que trabajaron en el jardín obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en una prueba de rendimiento en ciencias que los estudiantes que estudiaron ciencias en un salón de clases tradicional.

4. Aumenta la autoestima

La baja autoestima es una experiencia común entre adolescentes y adultos jóvenes. Es normal que los adolescentes se comparen con los demás en las redes sociales o se sientan presionados a verse o actuar de cierta manera. Los niños y los adultos jóvenes pueden beneficiarse de tomar descansos tecnológicos y salir al aire libre. La horticultura es una forma de generar entusiasmo por conectarse con la naturaleza y el mundo exterior.

Cuando los niños cuidan las plantas y las ven crecer, observan una transformación. Un niño puede comprender su transformación de niño a adulto joven. Los niños también pueden aprender que no importa cómo se vean o si tienen un problema de salud mental, pueden ser cuidadores y contribuir con su amor y atención al mundo. La horticultura puede ser una forma de ganar un sentido de autoestima independientemente de la presión social. Por último, cualquier agricultor se siente orgulloso cuando llega el momento de cosechar los hermosos productos. Los niños pueden disfrutar del sabor de las verduras que cultivaron o la vista de las coloridas flores de su jardín y el impulso de confianza que conlleva.

Así que inducir una práctica de horticultura, tan necesaria además en el momento que atraviesa nuestro planeta, e incluso intentarlo dentro de tu propia casa, te puede traer grandes beneficios que es mejor si experimentas por ti mismo.

Por Emma Sánchez

Psicóloga y Guía de Shinrin-Yoku (Baños de Bosque).

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